Título: Chicas de Papel y de Fuego.
Autora: Natasha Ngan.
Año de publicación: 2018.
Número de páginas: 416.
SINOPSIS
Cada año, eligen a ocho chicas hermosas que servirán al rey como Chicas de Papel. Es el más alto honor al que pueden aspirar… y a la vez, el más degradante. Este año hay una novena chica.
Y en lugar de papel, está hecha de fuego.
Lei pertenece a la casta de papel, la clase más baja de Ikhara. A pesar de eso, un rumor sobre sus ojos dorados ha despertado la curiosidad del rey; por eso, la apartan de su hogar y la llevan al opulento palacio, una prisión dorada, y su vida queda sometida a los caprichos del Rey Demonio.
Mientras sueña con escapar, Lei comete lo impensable: se enamora.
Su romance prohibido, entretejido con una trama explosiva que amenaza al mismísimo rey, va a obligar a Lei a decidir hasta dónde está dispuesta a llegar en su lucha por la libertad.
Exótica, poética y absolutamente inolvidable, Chicas de papel y de fuego es una historia extraordinaria que nos recuerda que el amor puro y la pasión pueden trascender incluso el destino más desalentador.
En nuestro reino se cree que las palabras tienen poder. Que los caracteres de nuestro idioma pueden bendecir o maldecir una vida.
Chicas de papel y de fuego nos narra la vida de Lei, una herborista que, si bien la ha tenido difícil debido a la situación de su pueblo, se mantiene estable y alegre porque al final del día, tiene muchas razones para seguir de pie: su familia. Su vida transcurre en un viacrucis normal, con una que otra persona mirándola más de dos veces debido a la peculiaridad de sus ojos, pero más allá de eso, su vida transcurre con normalidad.
Eso es, hasta que los soldados de Rey Demonio, vuelven a su
hogar. Y de nuevo, le arrebatan todo lo que es y todo lo que tiene.
En Ikhara las cosas se rigen por castas, tenemos a la Casta
de Papel, que es a la que pertenecen los humanos, la Casta de la Luna a la cual
pertenecen los demonios y finalmente, la Casta de Acero que aquellos seres que
son una combinación de Luna y Papel. Luna es, bajo toda regla, la que rige
cruel y despiadadamente Ikhara.
Y cada cierto tiempo, el Rey Demonio reclama ocho hijas de
Papel, para recordar el poder que ejerce sobre todos y re establecer la ley que
conlleva su reinado. Muchas niñas humanas son preparadas desde una tierna edad,
con la intención de ser ofrecidas al rey, ganando favoritismo y es así como las
cosas transcurren, pero, tras una peculiaridad en la protagonista, las cosas
dan un giro a horrores cuando a pesar de tener ya las 8 Chicas de Papel, Lei es
llevada bajo custodia para también ser parte de ese grupo.
Y es cuando todo comienza.
En un reino enemigo, rodeada de chicas que o podrían ser sus amigas o sus peores enemigos, no tiene muy claras las líneas que debe respetar. Y en medio de todo, Lei se enamora… de quien muy bien podría ser un riesgo colosal para su lugar en la corte.
Desde la sinopsis, tú sabes que la pluma de la escritora
simplemente será maravillosa y te llegará a quitar el aliento. Entonces,
llegamos a la dedicatoria y a ese pequeño, pero increíble prólogo y tu cerebro
explota.
El tiempo suele plegarse, como un mapa; las distancias, los viajes, las horas y los minutos se guardan cuidadosamente y solo queda la realidad del antes y el ahora.
¡Qué manera de iniciar un libro! Es de esas veces que te
sorprende, te maravilla y te deja con ganas de devorarte el libro completo. Y
entonces, sigues leyendo y la cosa solo mejora, porque te das cuenta que el mundo
que construyó la escritora es increíble, lleno de matices y rico en cultura y
diversidad. Y como dije, todo comenzó fenomenal, pero entonces, cuando las
cosas explotan y se da el giro en la trama… la cosa decae. Pero decae
muchísimo. Fueron largas 120 páginas en las cuáles yo no sentí que pasaba nada.
Era una rutina bastante común y que, en realidad, no me ofrecía mucho: te
contaba el día, lo que comía y lo que vestía (que se voló la mecha la escritora
narrando tan bonita vestimenta, eso sí) pero de ahí en fuera, nada más. No lo sé, sentí que en esas páginas aflojó bastante la trama, y
no fue hasta la mitad del libro que las cosas realmente comenzaron
o movilizarse.
Oh, pero cuando salimos de ese camino lento y sin fin, todo
mejoró. Y muchísimo.
Volvimos al ritmo que tuvimos al inicio (el cuál, vuelvo a
decir, ha sido de los mejores inicios que he leído en algún libro en lo que va
del año) y cómo es que se nos arrojaba más información y contenido que
realmente era interesante. Cuando las alianzas comenzaron, y las verdaderas
intenciones de algunos personajes salieron a flote, todo mejoró sin duda
alguna. Los personajes comenzaron a crecer, a madurar y a actuar. Tomaron las
injusticias y decidieron hacer algo ante ello.
Fue muy hermoso leer la forma en la cual escribía Ngan
(ignorando ese par de páginas que sentí que alguien más las escribió, la
verdad), esta escritora te narra las cosas de una manera tan maravillosa y
poética. Las descripciones, la idea, el mundo, fue un gusto total leerla. Ver
cómo es que construyó todo y cómo le fue dando vida.
Pero yo no quiero una vida fácil. Quiero una vida que valga la pena.
Eso me lleva a Lei, que me llevé una sorpresa con ella,
porque últimamente sólo había leído protagonistas empoderadas desde un inicio
del libro. Pero con Lei no fue así, tú ves su desarrollo, cómo es que va
tomando fuerzas y finalmente, creo que esas páginas en las cuáles le sufrí, sí
tuvieron un propósito el cuál era forjar el crecimiento de Lei. Al inicio
tenemos a una niña decidida y dispuesta a sacrificarse por su familia, pero
entonces llega a tierras enemigas y se cierra sobre sí misma. Se aterroriza, y
eso es normal, más con todo lo que sucede en esa corte. Es entonces cuando
viene el cambio, cuando decide hacer algo con lo que le ocurre y luchar porque
otras personas no vivan lo mismo.
Para que la historia no se repita.
Y eso, eso fue muy pero muy agridulce de leer. Porque ella
tuvo que pasar por tanto, para que otras no. Y uf, más de una vez estuve
intentando contener las lágrimas por la forma en la que ella intentaba
aferrarse a sí misma y no perderse, dadas las circunstancias. Estar en su
mente, cómo es que ella sentía y amaba, fue maravilloso. Tiene un corazón de lo
más puro y no puedo esperar para seguir viendo su desarrollo completo.
Me da la confianza de que algún día podremos rebelarnos con algo más que con nuestros cuerpos y nuestro amor. Que encontraremos el modo de convertir nuestra esperanza creciente y nuestra valentía en acción.
Me gustaría hablar de más personajes, pero siento que podría
generar un spoiler. Así que me abstendré. Lo que sí diré es que se dejaron
muchos cabos sueltos, muchas cosas abiertas. Tanto en la trama como en
personajes. Y si bien, debo admitir que ese final me resultó de lo más
apresurado, entiendo por qué. El giro que dieron las cosas me gustó, aunque me
hubiese gustado que me narraran un poquito más.
Finalmente, Chicas de Papel y de Fuego nos narra una
historia sobre el poder. El poder que reside en nuestro corazón y cómo es que
decidamos usarlo o no. Sobre la fuerza y la supervivencia y cómo a pesar del
dolor y la pérdida uno puede aferrarse y buscar un mejor sitio. Un mejor mundo
para vivir. Si bien, el libro tiene sus altibajos, la escritora sabe manejarlo
al final, y lo mejora por completo. De una manera poética y atrapante, Natasha
Ngan te narra uno de los mejores mundos que he leído, lleno de sorpresas y
maravillas que estoy segura seguirá mejorando. Y no puedo esperar para leer la
continuación de las aventuras de Lei y compañía.
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